Estructura política
La Antigua Grecia se componía de varios centenares de ciudades-estado (polis) más o menos independientes. Esta situación era diferente que en la mayoría de las otras sociedades, que eran o tribus o reinos soberanos de territorios extensos. Sin duda la geografía de Grecia –dividida y subdividida por colinas, montañas y ríos– contribuía a la naturaleza fragmentada de la Antigua Grecia. Es probable que una estructura política similar existiera en las grandes ciudades-estado marítimas de Fenicia. Sin embargo, hasta cierto punto la situación era única en la Antigua Grecia. Por un lado, los griegos antiguos no dudaban que eran «un pueblo singular»; compartían la misma religión, la misma cultura básica y la misma lengua; además de ser muy conscientes de sus orígenes tribales; Heródoto pudo clasificar las ciudades-estado por tribu. Por otro lado, aunque existían estas relaciones de más alto nivel, parece que rara vez jugaban un papel en la política griega. La independencia de los poleis se defendía con fiereza; los antiguos griegos rara vez contemplaban la unificación de Grecia. Aun cuando un grupo de ciudades-estado se aliaron para defender Grecia durante la segunda invasión persa, la inmensa mayoría de los poleis se quedaban neutrales y, al derrotar a los persas, los «aliados» volvieron a sus luchas internas.35
Por lo tanto, las mayores peculiaridades del sistema político en la Antigua Grecia eran:
Su naturaleza fragmentaria, que no parece en particular tener orígenes tribales.
La centralización del poder en centros urbanos dentro de estados pequeños.
Las rarezas del sistema griego son más evidentes en las colonias que los griegos establecieron alrededor del Mar Mediterráneo. Aunque cada una podía considerar cierto polis griego como su «madre» (y mantenerse amable o parcial a ella), era enteramente independiente de la ciudad que la fundó.
Inevitablemente, los menores poleis podían ser dominados por sus mayores vecinos, pero las conquistas y los reinados directos fueron bastante raros. Al contrario, los poleis se organizaban en ligas, cuyos afiliados estaban en un estado constante de cambio. Después, en el período clásico, el número de ligas decrecía y las ligas se hacían mayores. Cada una era dominada por una única ciudad (por ejemplo Atenas, Esparta o Tebas), y muchas veces un poleis era obligado a afiliarse a una liga bajo la amenaza de la guerra (o bajo las condiciones de un tratado de paz). Aun después de que Filipo II de Macedonia «conquistó» los centros de la Antigua Grecia, no trató de anexionar el territorio ni lo unificó en una provincia nueva; simplemente obligó a la mayoría de los poleis a unirse a su propia Liga de Corinto.
Gobierno y ley
Parece que al principio muchas ciudades-estado griegas eran reinos menores; muchas veces había un funcionario municipal que cumplía funciones residuales y ceremoniales del rey (basileo), e. g. el arconte basileo en Atenas.36 Sin embargo, para la Época Arcaica y la primera conciencia histórica, la mayoría de estas ciudades-estados ya se habían convertido en oligarquías aristocráticas. No se sabe precisamente cómo ocurrió este cambio. Por ejemplo, para 1050 a. C. en Atenas el puesto del rey se había reducido a uno de un magistrado principal (arconte), hereditario y de por vida. En 753 a. C. se había convertido en un arcontado elegido decenalmente; y finalmente, en 683 a. C. era un cargo elegido anualmente. En cada etapa ganaba más poder la aristocracia en su totalidad y se reducía el del individuo común.
Con el tiempo, el dominio político y la riqueza de grupos pequeños de familias era propenso a provocar descontento social en muchas poleis. En muchas ciudades un tirano37 en cierto punto tomaba el control y gobernaba según su propia voluntad; una agenda populista solía ayudarlo a quedarse en el poder.
Atenas cayó bajo una tiranía en la segunda mitad del siglo VI a. C. Cuando esta tiranía terminó, se propuso una reforma radical para que la aristocracia no recobrara el poder: los atenienses fundaron la primera democracia del mundo. Una asamblea de ciudadanos para la discusión de la política municipal (la Ekklesía) había existido desde las reformas de Dracón en 621 a. C., y a todos los ciudadanos se les permitía que asistieran según las reformas de Solón (principios del siglo VI a. C.); pero los ciudadanos más pobres no podían hablar ante la asamblea o postularse como candidatos, excepto en el caso de ciertos cargos públicos cuya elección era aleatoria.38 Al establecer la democracia, la asamblea se convirtió en el mecanismo de iure del gobierno; todos los ciudadanos entonces tuvieron igualdad de derechos (isopoliteia) en la asamblea. Sin embargo, los que no eran ciudadanos – los metecos (extranjeros que vivían en Atenas) y los esclavos – no gozaban de ningún derecho político en absoluto.
Después del surgimiento de la democracia en Atenas, otras ciudades-estado fundaron democracias. No obstante, muchas retuvieron formas de gobierno más tradicionales. Según su costumbre en otros asuntos, Esparta era una excepción notable al resto de Grecia, y a través de la época fue gobernada no por uno, sino por dos monarcas hereditarios bajo una forma de diarquía. La monarquía espartana pertenecía a los Agíadas y los Euripóntidas, descendientes de Eurístenes y Procles, respectivamente. Se cree que los dos fundadores de sus dinastías eran hijos gemelos de Aristodemo, un soberano heráclida. Sin embargo, el poder de estos reyes era limitado tanto por un consejo de ancianos (la Gerusía) como por magistrados (los éforos) específicamente designados para vigilar a los reyes.
Estructura social
Solamente los hombres nativos y libres que eran dueños de tierras podían ser ciudadanos, y gozar de la protección entera de la Ley en una ciudad-estado (si bien más tarde Pericles introdujo excepciones a la restricción sobre los nativos). En la mayoría de las ciudades-estado, la gente que tenía importancia social no gozaba de ningún derecho especial, a diferencia de Roma. Por ejemplo, nacer de una cierta familia no solía ofrecer privilegios especiales. A veces ciertas familias controlaban algunas funciones religiosas públicas, pero no solía lograr ningún poder de más en el gobierno. En Atenas, la población se dividía en cuatro clases sociales según su riqueza. La gente podía cambiar de clase por ganar más dinero. En Esparta, todos los ciudadanos varones se nombraban iguales si terminaban su educación. Sin embargo, los reyes espartanos, que servían de líderes militares y religiosos en la ciudad-estado, venían de dos familias. Los esclavos no tenían ningún poder ni estatus. Tenían el derecho de criar una familia y ser dueños de propiedades, pero no tenían derechos políticos. Para 600 a. C. la esclavitud-mercantil se había difundido en Grecia. Para el siglo III A. C. los esclavos componían un tercio de la población entera en algunas ciudades-estado.39 Los esclavos fuera de Esparta casi nunca se sublevaron porque conformaban demasiadas nacionalidades y estaban demasiado dispersos para organizarse.
La mayoría de las familias tenían esclavos como sirvientes domésticos y peones, y aun algunas familias pobres podían tener unos pocos esclavos. No se permitía que los dueños pegaran o mataran a sus esclavos. Los dueños muchas veces prometían a sus esclavos liberarlos en el futuro para animarlos a trabajar duro. A diferencia de Roma, los libertos (esclavos liberados) no se convertían en ciudadanos. En su lugar, se mezclaban con la población de los metecos, que incluía a la gente de países extranjeros o de otras ciudades-estado a los que oficialmente se les dejaba vivir en el estado.
Las ciudades-estado legalmente tenían esclavos. Estos esclavos públicos gozaban de una mayor independencia que los esclavos que pertenecían a las familias, viviendo solos y realizando tareas especiales. En Atenas, los esclavos públicos se entrenaban para detectar monedas falsas, mientras los esclavos del templo actuaban como sirvientes de la deidad del templo.
Esparta tenía un tipo especial de esclavo llamado un hilota. Los hilotas eran cautivos griegos de la guerra que pertenecían al estado y eran asignados a familias en cuyo hogar eran obligados a quedarse. Los hilotas cultivaban alimentos y hacían tareas domésticas para que las mujeres pudieran centrarse en criar hijos fuertes mientras los hombres se dedicaban a entrenarse para ser hoplitas. Sus amos los maltrataban y los hilotas muchas veces se rebelaban, como sucedió en el monte Itome.
Educación
En la mayor parte de la Historia griega, la educación fue privada, salvo en Esparta. Durante el período helenístico, algunas ciudades-estado establecieron escuelas públicas. Solamente las familias adineradas podían contratar un maestro. Los niños varones aprendían a leer, escribir y citar la literatura. También aprendían a cantar y tocar un instrumento musical, y a entrenarse como soldados para el servicio militar. Estudiaban no para trabajar, sino para convertirse en buenos ciudadanos. Las niñas también aprendían a leer, escribir y hacer la aritmética elemental para dirigir el hogar. Casi nunca recibían ninguna educación después de la niñez.
Los niños entraban en la escuela al cumplir siete años, o iban a los barracones si vivían en Esparta. Los tres tipos de enseñanzas eran: grammatistes para la aritmética, kitharistes para la música, y paedotribae para los deportes.
Un niño de una familia adinerada que asistía una escuela privada era cuidado por un paidagogos, un esclavo doméstico designado para esta tarea que acompañaba el chico todo el día. Las clases se impartían en las casas privadas de los maestros e incluían aritmética, lectura, escritura, canto y ejecución de instrumentos musicales como la lira y la flauta. Al cumplir el joven doce años de edad, a los estudios se agregaban deportes como la lucha, carrera, lanzamiento de disco y de jabalina. En Atenas, algunos jóvenes mayores asistían a una academia para las disciplinas más finas como la cultura, las ciencias, la música y las artes. Un muchacho terminaba sus estudios al cumplir 18 años, luego empezaba su entrenamiento militar en el ejército por uno o dos años.
mayor, que podían incluir el amor pederástico. El muchacho aprendía por mirar a su mentor mientras hablaba de la política en el ágora, ayudándolo a rendir sus deberes públicos, haciendo ejercicios con él en el gimnasio y asistiendo a simposios con él. Los estudiantes más ricos proseguían su educación estudiando con maestros famosos. Algunas de las mayores escuelas eran el Liceo (la llamada escuela peripatética fundada por Aristóteles de Estagira) y la Academia platónica (fundada por Platón de Atenas). El sistema educacional de los antiguos griegos ricos también se llama paideia.
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