jueves, 9 de diciembre de 2010

La tragedia griega, el fantasma helénico

Cuando entendemos a la tragedia desde el punto de vista aristotélico, es casi seguro que de nosotros brote un sentimiento compasivo aunque estrechamente ligado al temor. Entonces encontramos que la tragedia es un fenómeno vital, reconstructora de moral, y que el buen dramaturgo “debe” inventar algo maravilloso, persuasivo y extraordinario. Y aunque Aristóteles no se encarga de ésto en su “Poética” a grandes rasgos, si nos acerca a la fórmula de la meta de la tragedia. Él hace hincapié en la catarsis del espectador; las obras de tragedia están hechas para ser representadas pero aun sólo leyéndolas conmueven al lector, no necesitan de música (métrica y canto) para lograr su objetivo, él habla de una participación por parte del espectador, que lo impulsa a enfrentar su moral con su sensibilidad. Otro punto que Aristóteles critica es que la poesía no debe tener un axioma o una verdad convincente (Poética 1461 b 9-15). Así pues, trataré de desligarme de la noción aristotélica para “tratar” de desenmascarar a la tragedia, aunque sería absurdo no asimilar ideas de este importante filósofo.

Nietzsche y su tragedia
En “Geburt die tragödie” de Nietzsche, podemos ver una muy particular opinión de la tragedia griega. El autor, a pesar de compartir sus convicciones en relaciones a Schopenhauer y Wagner, pone en tela de juicio los estudios de la cultura helénica, los cuales habían quedado estáticos por la falta de comprensión hacía esta cultura. Nietzsche describe el lenguaje trágico con su sentido por encima de toda razón, un sentido más amplio y más rico en contenido; él ve que las imágenes que muestra la tragedia simbolizan las fuerzas instintivas que orientan y motivan la conducta del ser humano, además, relaciona las emociones pasionales con las ideas existentes en el mundo griego sobre la divinidad. Aquí es donde Dionisio aparece ante nosotros, iluminando zonas en tinieblas de la conciencia humana. Aunque sabemos que esta tesis fue recibida en el mundo académico alemán con indiferencia y silencio, y que incluso su propio maestro Ritschl se unió al silencio. Sólo el círculo wagneriano, donde Listz, Schuré, Malwida von Maysenbug, Hans von Bülow, etc., elogió su obra. Aunque ya después de algunos años, Nietzsche se leyó a sí mismo, entonces supo que su obra era intempestiva, elaborada en honor a Wagner y que leyendo su propio texto sólo le recordaba su “ciego” e “incondicional” pensamiento wagneriano, en pocas palabras, un pensamiento “no libre” y “contaminado” por inmadurez.

Melancolía del ser, tragedia griega
Desde mi punto de vista, el personaje trágico es “bueno” no por sus actos, sino por ser similar a nosotros, ésto quiere decir que existe algo de idiosincrasia entre todos los hombres, entonces hablaríamos de una idiosincrasia “universal”. ¿Cómo es posible que sintamos compasión por la obra de Prometeo encadenado de Esquilo? Esquilo, mató a un titán para humanizarlo y sacrificarlo para nosotros, algo parecido a lo que los apóstoles le hicieron a Jesús. ¿Qué trato de decir con ésto? Que la mayoría de personajes trágicos son antiguos héroes épicos; Edipo, Áyax, Odiseo, Heracles, etc. Ellos siempre representan a la humanidad, una renuente al cumplimiento de los dioses (véase Edipo, Layo, Hipólito), un sujeto que piensa en sí mismo, en su sujeción, y ésto podría manifestarse bastante en los artistas ya que crean arte para eternizarse. ¿Por qué los poetas griegos demuestran una antítesis en sus personajes trágicos? Me refiero a antítesis al modo en que traman su obra a pesar de que los griegos se encontraban en la cima del pensamiento libre y con una noción de divinidad que congeniaba a su modus vivendi. Entonces, creo divisar dentro de su interior o inconsciente, una irrefutable condición humana, una vulnerabilidad mortal, provocada, tal vez, por una melancolía divina. Ésto lo puedo corroborar con los hechos trágicos de sus obras, donde quieren conmover, provocar compasión; al mismo tiempo quieren contrarrestar su efimeridad, su dolor, ellos poetizan su dolor.
Aquí no quiero pensar como Nietzsche, él revivió a Apolo y Dionisio. Él entendió algo de la fuerza de voluntad de los helenos, pero “contaminó” su visión del mundo apolíneo-dionisíaca con su subjetividad exagerada (Wagner). Si los helenos amaban a los poetas dramáticos, era por obra de su involuntario dolor, de su inevitable condición humana. También yo no defiendo el discurso poético del que habla Aristóteles. Al parecer el esquematiza muy filosóficamente a la tragedia. Nietzsche, el enigmático Nietzsche, él reconoció una pieza clave del ideal heleno, su “embriaguez” por la vida. Al final, creo que ni el dúo Apolo-Dionisio, a pesar de ser la fuerza artística-creadora de todo arte griego, receptora de toda moral útil para su polis, fue capaz de desaparecer ese dolor que aquejo a los griegos, un dolor cerca de lo real, de lo absurdo, elemental a la existencia humana. Así podríamos decir que tanto la tragedia clásica y moderna, se identifica con el lector no por sus tratados de compasión, de temor, de sufrimiento ajeno, de orgullo y de pasión, sino porque la tragedia es un espejo, sumamente destructivo pero liberador, que muestra la sombra de lo que somos.





Bibliografía:
Nietzsche y la polémica sobre El nacimiento de la tragedia, Luis de Santiago Guervós, ed. Hybris, 2003.
La escritura dramática, José L. Alonso de Santos, ed. Castalia, 1999.
Ética y tragedia en Aristóteles, Carmen Trueba, ed. Anthropos, 2004.
Poética, Aristóteles, ed. Porrúa, 2002.
El nacimiento de la tragedia, Friedrich Nietzsche, ed. Nueva alianza, 2001.

Alejandro J.Z.

La tumba de Sófocles


A pocos kilómetros de Atenas, al este de la carretera que conduce a Deceleia, está la tumba del poeta trágico Sófocles.
En cualquier otro país del mundo la tumba de uno de los tres padres de la tragedia sería un lugar de peregrinación obligado. Pero el estado griego muestra una total indiferencia hacia este enclave.
Para poder llegar a la tumba de Sófocles debe conocerse su emplazamiento exacto. No hay indicación o señal que pueda servir de guía al visitante de dónde se encuentra la tumba. Solo si uno se acerca mucho a la zona podrá ver con suerte un cartel con letras borrosas que dice “Camino de la tumba de Sófocles”.
El lugar sufre un total abandono. En noviembre de 2006 el gobierno declaró la tumba de Sófocles sitio arqueológico y manifestó su intención de impulsar la zona a fin de que el monumento pudiera ser visitado por los colegios en sus programas educativos. Han pasado tres años, cientos de millones de euros del Ministerio de Cultura han ido a parar a organizaciones no gubernamentales, pero para la tumba de Sófocles no ha quedado un solo euro.

Una valla en el lugar da cuenta del hallazgo de la tumba. A pesar de estar algo oxidado por el tiempo transcurrido el texto sigue siendo legible: La tumba fue excavada en 1958 por las entonces princesas griegas Sofía e Irene y por el arqueólogo Theofano Arvanitopoulos. La tumba familiar ocupaba en época clásica un gran recinto, delimitado por un montículo artificial. Tuvo originalmente 13 metros de altura y contenía cuatro sarcófagos de mármol. Hoy solo son visibles dos sarcófagos. El abandono del lugar es flagrante. ¿Dónde están los otros dos sarcófagos? ¿Dónde está el la vara de madera descubierta en la excavación que según el Ministerio de Cultura perteneció supuestamente a Sófocles? ¿Dónde están los otros hallazgos? ¿Qué pasó con las promesas del gobierno?
Sabemos que Sófocles murió en el otoño del 406 a.C. con más de noventa años de edad. Todo lo que se conoce sobre su muerte es a través de su contemporáneo Frínico, quien nos dice de él que ”fue afortunado en la muerte, así como había sido afortunado en la vida.” La inventiva de épocas posteriores produjo varias anécdotas sobre el tema. Algunos dijeron que se ahogó comiendo unas uvas que le había enviado el actor Calipides en las Antesterias, otros dicen que murió leyendo Antígona al tratar de terminar una larga frase sin tomar aliento, y otros atribuyeron la muerte del poeta a la excesiva alegría por el éxito de su Antígona en la competición. Fue enterrado, como hemos dicho, en la tumba familiar en el camino a Deceleia, a una milla de Atenas, y sobre su tumba fue erigida la figura de una sirena.
Sófocles, el destino trágico de un poeta trágico en un Estado cómico -concluye el artículo.

Reseña de Hipólito


Hipólito - Eurípides
Eurípides siempre fue un personaje controversial en la antigua Grecia por sus ideas que no estaban bien vistas por la tradición y porque en sus obras hace un revolución en la manera de de presentar las tragedias siendo un parte aguas en la manera en que se desarrollarían después. Sus obras más conocidas son Medea, Hipólito y Las Bacantes.
En Hipólito Eurípides nos muestra a un personaje de la mitología griega que en su nombre lleva su trágico final. Hipólito es una de las pocas tragedias con las que Eurípides logro tener el primer puesto en las competencias de tragedias que se hacían en aquel entonces. El personaje principal de esta tragedia es Hipólito, quien rinde tributo a Artemis, diosa de la caza y la virginidad. El rendir gran tributo a Artemis y no venerar de tal manera a Afrodita hace que esta se ponga celosa y a partir de ahí generar la trama de esta obra. Fedra, esposa de Teseo y madrastra de Hipólito, es la segunda en relevancia ya que a través de ella Afrodita realiza su castigo para Hipólito al hacerla caer perdidamente enamorada de este y haciéndola tener un final desdichado. Teseo, el padre de Hipólito, es el personaje que sufre las consecuencias de los caprichos de afrodita y la aparición tardía de Artemis, además que recae en él la culpa de haber deseado la muerte de su propio hijo.
Hipólito es de fácil lectura y además muy entretenido por lo cual es recomendable para leer en un momento de ocio. Posiblemente a la mayoría de los lectores les deje un resabio extraño esta obra por la manera en que Eurípides hace uso de los dioses (sobre todo de Artemis con el deux ex machina). Cabe mencionar que hay más versiones de esta historia pero es sin duda la de Eurípides la que más prevalece.

Isaí S.R.

Fotos de Roma














Fotos tomadas por Ricardo G.G.

Los guerreros


The Warriors (literalmente, Los guerreros; estrenada en España con el título de Los amos de la noche) es una película de Walter Hill de 1979 que actualiza, sobre la base de la novela The Warriors de Sol Yurick, que a su vez se inspira en la epopeya narrada por Jenofonte en la Anábasis.

Si los griegos de Jenofonte huyen en el territorio hostil de Asia Menor, ahora la acción se traslada a Nueva York y los soldados son pandilleros.

Roma



El teatro de Epidauro

Su cámara

Desperté y el olor a guayabas caía sobre mis hombros
no sé que día es hoy; es invierno.


No habré visto la nieve al terminar el año

ayer vi llover.


Las hojas se movían hasta que dejaron de ser hoy


hoy es el peor día para tomar el camión, el tráfico es tremendo.




Los libros no están en su lugar; estan acomodados

ella los acomodó Le pedí que no lo hiciera Se fue al amanecer



Una foto vale más al ser quemada que al derramar lágrimas ancianas




se fue en invierno

al terminar el año no sabré si volvió



Siento un hormigueo en el brazo



al subir al camión me daré cuenta de que fue por el beso

No sé si la cámara me ve a mí o si yo veo a la cámara


al terminar el año sabré que ella nos vio


Isaí S.R.

Yo y tú

Bebamos juntos y entreguémonos al ritual dionisiaco
Pues tú eres tú y yo soy yo

Juntos no somos nada sino una ráfaga de aliento volátil
un destello de grandeza etílica
que con el humo se eleva a la deriva trágica

No hay otra manera de estar juntos que no sea el himeneo.
Así fui parte de tus hermanas y de tus madres
y lo seré con tus hijas.

Tú eres tú y yo soy yo

Yo soy detractor cuando estoy solo
no venero a zeus, ni apolo, ni a deidad alguna
que sea parte del olimpo

Tú eres tú y yo soy yo

Tú sola no eres virgen ni eres materia
eres el descanso de los excesos.
No eres materia ni eres nada, no eres parte del caos ni de ti misma

Tú eres tú y yo soy yo
sólo cuando bebemos
sólo cuando estamos juntos con Dionisio

Isaí S.R.

Brindo al vino

Por el que hace al hombre más valiente y gracias a el no hay rosa que no sea ardiente y solo queda en mi inconsciente.
Es al vino al que venero y sin duda me lo bebo, que primero muera el gusto que el susto de no tenerlo hasta que muero.

Ricardo G.G.

Apuleyo


(Madaura, actual Argelia, h. 125-Cartago, hoy desaparecida, actual Túnez, h. 180)
Madaura, actual Argelia en su tiempo fue una zona alejada de los principales centros culturales de la latinidad, radicados en Italia, aunque el desarrollo urbano y económico de la misma permitió que, hacia el siglo II, importantes intelectuales y políticos romanos procedieran de la zona.
Escritor latino. Se formó en retórica en Cartago y acudió a Atenas para iniciarse en la filosofía platónica. Viajó por diversas ciudades y países, hasta que se instaló definitivamente en Cartago. Acusado de haberse casado con una viuda rica de Trípoli mediante unos encantamientos maléficos, escribió en su defensa la Apología de Apuleyo o Sobre la magia, un importante discurso escrito según las normas de la elocuencia jurídica, que constituye el único testimonio de este tipo que se ha conservado de la época imperial. A partir de entonces, desarrolló una brillante carrera de orador en Cartago, donde sus discursos tenían mucho éxito. Su fama como literato se debe a la Metamorfosis, conocida en la Antigüedad como el Asno de oro, novela en once partes que ofrece una penetrante y divertida sátira de la sociedad de su tiempo.
Su obra más conocida es El Asno de Oro. Narra cómo el joven Lucio, víctima de un hechizo fallido que lo transforma en asno, sin perder sus facultades intelectuales -salvo el lenguaje-, pasa por varios amos y diversas aventuras. El tono humorístico es dominante, pero también hay reflexiones de tipo filosófico y religioso. Es una obra imaginativa, irreverente y divertida que relata las increíbles aventuras de Lucio metamorfoseado en asno. Bajo esta apariencia oye y ve gran número de cosas extrañas, mismas que son relatadas como cuentos intercalados en la novela, hasta que Isis le devuelve su forma humana. Una interpolación desarrolla una de las más bellas muestras de la cuentistera de la Antigüedad Clásica, la fábula de Eros y Psique (Cupido y Psique). Este relato es el más extenso de la novela y da cuenta de las tribulaciones del Alma (Psique) para alcanzar al Amor (Eros) y la inmortalidad. Como ya ha sido mencionado, hay algunas teorías que mantienen que la iniciación en los misterios de Isis relatada en el último libro de las Metamorfosis es autobiográfica.
Otras obras suyas son: Sobre el daimon de Sócrates, Florida, Sobre Platón y su doctrina, y también un Sobre el mundo

Quinto Horacio Flaco


(Venusia, hoy Venosa, Basilicata 65 a. C. – Roma 8 a.C.)
El principal poeta lírico y satírico en lengua latina.
Hijo de un esclavo liberto, si bien nació cuando su padre ya gozaba de la libertad. Su padre, aunque pobre, invirtió mucho dinero en la educación de su hijo, acompañándolo a Roma donde inició sus estudios de Gramática con Orbilio y, probablemente, los de retórica con Heliodoro. A los 20 años de edad se trasladó a Atenas para estudiar griego y Filosofía en la Academia con Teomnesto.
Tras el asesinato de Julio César, se unió al partido republicano, formando parte del ejército que Marco Junio Bruto preparaba en Grecia para oponerse a los triunviros Octavio y Marco Antonio, siendo nombrado tribuno militar.
Horacio decidió volver a Roma, conociendo entonces la noticia de la muerte de su padre y la confiscación de sus propiedades. Sumido en la pobreza, consiguió no obstante trabajo como escribano de cuestor, un puesto que le permitió practicar su arte poético.
Con el tiempo, Horacio fue ganando el respeto y la admiración de los círculos literarios romanos, al que pertenecían Virgilio y Lucio Vario Rufo, quienes le presentaron a Cayo Mecenas (38 a. C.), amigo y consejero de César Augusto. El emperador le brindó su protección, llegándole a ofrecer un puesto como secretario personal. Mecenas llegó a convertirse en su protector y amigo personal, y obsequió a Horacio con una finca en Tiber, en las montañas Sabinas (33 a. C.), donde el poeta se retiró a redactar sus obras. Su amistad fue tal que incluso fueron enterrados el uno junto al otro.
Compuso Sátiras, poesía crítica con abundantes elementos autobiográficos que persigue un fin moral y Epodos, composiciones de carácter lírico en las que tampoco está ausente la crítica social. El epodo es una composición de origen griego destinada al insulto y al improperio. Alguno de los epodos de Horacio conserva este carácter, pero otros son de carácter eminentemente lírico.
También compuso Odas y Epístolas. Las odas son composiciones de carácter lírico que constituyen la obra cumbre de la lírica latina. Son cuatro libros con un total de 104 odas. En ella se jacta de haber sido el primero en trasplantar al latín la lírica eolia en su conjunto, imitando los temas y los metros líricos griegos, sobre todo de Alceo, Safo y Anacreonte. Horacio tiene conciencia de que sus odas son lo mejor de su obra y afirma que serán más duraderas que el bronce. En las Odas el componente fundamental es el lírico.
Los temas y tópicos creados por Horacio gozarán de un respaldo universal a lo largo de la literatura posterior a su fallecimiento. Esencialmente partiendo desde el Renacimiento es difícil no hallar una sola composición influida por los tópicos o las formas horacianas.

Cayo Valerio Catulo


(Verona, actual Italia, h. 87 a. C. – Roma, h. 57 a. C)
Hijo de una familia influyente, su padre era amigo de Julio César, al que Catulo sin embargo despreciaba, quizá a causa de la sequedad de su estilo literario.
Estudió en Roma pasando allí varias temporadas y al fin se estableció el 62 a. C., introduciéndose en los cenáculos literarios de sus amigos, los llamados despectivamente por Cicerón poetas neotéricos: Helvio Cinna, Licinio Calvo, Valerio Catón, Cornificio, Furio Bibáculo y los eruditos Marco Terencio Varrón y Cornelio Nepote.

Se enamoró de una dama muy bella y licenciosa, Clodia, casada con Quinto Cecilio Metelo Céler, gobernador de la Galia Cisalpina, y hermana del tribuno de la plebe Publio Clodio Pulcro, enemigo de Cicerón. Clodia, sin embargo, que aparece en sus versos con un nombre de valor métrico equivalente, Lesbia (que declara la común afición de los amantes a la poetisa griega Safo de Lesbos), tras concederle sus encantos, le fue infiel a la primera ocasión y dejó a Catulo debatiéndose entre el odio y el amor.
La originalidad de Catulo consiste en haber sido el primero en haber iniciado la elegía romana con sus rasgos específicos de subjetividad e intimidad, menos presentes en sus correlatos griegos.
En su estado actual, el corpus catuliano consta de unas 116 poesías, 102 encabezadas por una dedicatoria a Cornelio Nepote que sin duda debió pertenecer a una compilación anterior, aparentemente distribuidas en tres grupos. El primero, hasta la composición 60 inclusive, comprende poemas líricos cortos, en metros varios, de asuntos sacados de los más diversos acontecimientos de la vida: poesías amorosas, otras dirigidas a amigos o enemigos, improvisaciones ingeniosas, anécdotas, sátiras, y un breve himno a Diana.
Murió a los 30 años de edad según algunos estudiosos, según otros a los 33.

Tito Petronius Arbiter


(Nacido en algún momento entre el 14 y el 27 d. C.-muerto h. el año 65)
Escritor y político romano Tácito se refería a él mismo como árbitro de la elegancia (Arbiter Elegantiae). Petronio organizaba todos los eventos que tenían lugar en la corte de Nerón, fue también procónsul de Bitinia, y más tarde cónsul. Su influencia sobre Nerón despertó los celos del prefecto del pretorio Cayo Ofonio Tigelino, otro de los favoritos del emperador, que lanzó contra él falsas acusaciones. Participó en la conjura encabezada por Pisón y Nerón, avisado, le ordenó permanecer en Cumas; Se dice que antes envió al emperador un escrito en el que enumeraba todos los vicios del tirano. El escritor decidió quitarse la vida dejándose desangrar hasta morir.
Petronio es autor de una notable obra de ficción, una novela satírica en prosa y verso titulada el Satyricón, (c. 60), de la cual se conservan algunos fragmentos; narra las aventuras de dos libertinos, Encolpio y Ascilto, e incluye algunos cuentos milesios sexualmente explícitos.
El Satyricón es el primer ejemplo de novela picaresca en la literatura europea, y puede considerarse el modelo de novelas posteriores. Ofrece una descripción única, y a menudo enormemente desinhibida, de la vida en el siglo I d. C. A pesar de que su narrador se expresa en el mejor latín de la época, la obra es especialmente valiosa por los coloquialismos en los parlamentos de muchos personajes que ofrecen un interesante objeto de estudio sobre el latín vulgar de la época.
Esta obra que ha llegado a nuestros días demasiado fragmentada y cabe destacar que está escrita en latín vulgar, por lo cual se considera de gran relevancia para el estudio de esta lengua.

Cultura de la Antigua Roma

Arte
Las primeras manifestaciones del arte romano nacen bajo el influjo del arte etrusco, enseguida contagiado del arte griego, que conocieron en las colonias de la Magna Grecia del sur de Italia, que Roma conquistó en el proceso de unificación territorial de la península, durante los siglos IV y III a. C. La influencia griega se acrecienta cuando, en el siglo II a. C., Roma ocupa Macedonia y Grecia.
Literatura
En muchos aspectos, los escritores de la República romana y del Imperio romano eligieron evitar la innovación en favor de la imitación de los grandes autores griegos. La Eneida de Virgilio emulaba la épica de Homero, Plauto seguía las huellas de Aristófanes, Tácito emulaba a Tucídides, Ovidio exploraba los mitos griegos. Por supuesto, los Romanos imprimieron su propio carácter a la civilización que heredaron de los griegos. Sólo la sátira es el único género literario que ya los romanos identificaron como específicamente suyo.
El calendario
El primitivo calendario romano fijaba la duración de los meses en 29 días, 12 horas y 44 minutos con meses lunares de 29 ó 30 días. El mes era la fracción mayor, y el día la menor, aunque después se dividió en horas.
Los romanos consideraban que el día se iniciaba a medianoche. Al establecerse el año (de annus = anillo) le fijaron una duración de 10 meses (sistema decimal), pero más tarde, por influencia griega, se pasó al año de 12 meses, con 368 días y ¾ de otro, con meses de 30 y 29 días alternativamente, y cada dos años un año con 13 meses, ajustándose progresivamente el sistema suprimiéndose o agregándose días. Así se estableció un año que comenzaba en primavera (en el mes dedicado al dios de la guerra Marte, o sea el mes martius = 'marzo'), luego seguía el mes que se abre (aprilis = 'abril'), el del crecimiento (maius = 'mayo') y el del florecimiento (junius = junio). Luego los meses seguían por orden del quinto al décimo: quintilis (julio), sextilis (agosto), september (septiembre), october (octubre), november (noviembre) y december (diciembre); seguía el mes de apertura de los trabajos agrícolas (januarius = enero) y el mes de las purificaciones (februarius = febrero). Si se añadía otro mes, este no tenía nombre pero se le llamaba mercedonius por estar consagrado a la paga.
Con los progresivos reajustes se fijaron meses de 31 días (marzo, mayo, julio y octubre), de 28 días (febrero, que cada cuatro años tenía 29 días) y de 29 días (los demás), intercalándose un mes de 27 días cada dos años. Así el primer y el tercer año del ciclo tenían 355 días cada uno; el segundo año 383 días; y el cuarto año 382 días, o sea en total 1474 días. Cada mes se dividía en semanas de entre 4 y 9 días; la segunda y cuarta semana del mes eran de 8 días, la tercera de 9 días salvo en Febrero que eran 8 y en el intercalar que eran 7) y la primera semana era de 6 días en los meses de 31 y de 4 en los demás. El anuncio de la duración de la primera semana se llamaba anuncio de las calendas y a las semanas de nueve días el noveno día se llamaba nonae o nonas; al primer día de la tercera semana se la llamaba idus (o ides). A cada periodo de cinco años se le llamaba lustro debido a que se hacían sacrificios (lustrum) el año después de la revisión del censo que era cada cuatro años.
Ciencia
La ciencia no conoció un desarrollo importante en Roma en el campo de la teoría o de la investigación pura, limitándose los autores romanos a recopilar conocimientos anteriores, sobre todo los griegos; Plinio el Viejo (23–79) recopiló en su Naturalis Historia la ciencia griega.
Medicina
En los primeros tiempos la medicina romana era medio magia, medio religión.
No obstante, se sabe que los etruscos, habilidosos practicantes de la adivinación, eran no menos habilidosos fabricantes de prótesis dentales.
Una ley atribuida al rey Numa prescribía la cesárea cuando la madre moría antes del parto, para salvar al niño. Pero no menciona ningún médico. Probablemente cada uno hacía lo que sabía en caso de necesidad.
Influencia griega. Cuando el primer médico griego llega a Roma (Arcagato de Esparta, 219 a. C.), Catón se opone a la admisión de esta y otras novedades que teme van a helenizar, es decir, a iniciar la decadencia de Roma. Y propugna la vuelta a la medicina tradicional (en su caso, por ejemplo, eran panaceas la col y el vino).
La medicina griega que llega a Roma viene dividida en dos escuelas:
-La de Hipócrates, convencido de la vis medicatrix naturae y por lo tanto seguidora de un método expectante, consistente en no violentar el curso de la enfermedad. Hipócrates decía que lo primero era no hacer mal (primum non nocere).
-La de Asclepíades, por su parte, era partidaria de actuar para que la curación se produjese cito, tuto ac iucunde (rápida, segura y agradablemente) porque quien cura es el médico, no la naturaleza. Utilizaba dietas, masajes, medicamentos y música. Llegó a practicar la traqueotomía.
En las obras de Celso encontramos descritas operaciones de cirugía plástica, extirpación de pólipos nasales, amígdalas, etc.
Galeno (130-200) ya practicaba la disección de cadáveres, pero con animales, porque estaba muy mal visto el estudio anatómico de cadáveres humanos.
El material quirúrgico. A juzgar por lo que apareció en casa de un médico de Pompeya, no era excesivamente rudimentario. Hay también indicios de que conocían el espejo dental y las propiedades atispépticas de ciertos ungüentos.
Clase médica. La enseñanza de la medicina era privada y no había títulos. Cualquiera podría practicarla, incluso en la época imperial cuando eximen a los médicos de pagar impuestos y del servicio militar. La mayoría de los médicos eran griegos y judíos.
Roma no hizo avanzar gran cosa la medicina porque no tuvo interés por la investigación experimental, y porque se obsesionó en escribir los libros de medicina en verso. Sammórico (inventor de la fórmula mágica Abracadabra) fue el introductor de esta moda que gobernará la Edad Media.
Organización sanitaria. La gran aportación de Roma a la sanidad pública es el sistema hospitalario, aunque sus inicios fueron no más que la habilitación de un refugio para que pudiesen morir los enfermos pobres: la llamada illa tiberiana. Con la extensión del imperio, se fueron creando los hospitales militares, creados en lugares estratégicos.
Tras estos hospitales en las provincias, aparecieron los hospitales de caridad. El primero en Roma lo creó una mujer llamada Fabiola en el siglo IV a. C.
Higiénicamente hablando, una importante novedad romana fue el abastecimiento de agua a la ciudad. Una red de acueductos aportaba a Roma más de mil millones de litros por día.

Costumbres
En Roma tenía lugar una animada vida social y comercial. Su prosperidad económica y el hecho de ser la capital política se conjugaron para que su planta urbana se llenara de bellas estatuas, imponentes edificios, y arcos y columnas conmemorativas de los triunfos militares.
La vivienda
Las residencias de los ciudadanos romanos dependían, como hoy, del grado de riqueza. Los Patricios y los ricos hombres de negocios (Caballeros) habitaban en villae, que tenían grandes jardines con fuentes, hermosas vistas y muy lujosas. Los principales modelos eran dos: insulae y domus.
Mitología
La mitología romana está formada por las leyendas y mitos de la religión politeísta practicada en la Roma antigua. La mayoría de las divinidades del panteón romano provienen de Grecia con dioses que suplantaron a las divinidades locales con algunas raras excepciones.
Familia
La familia romana, a diferencia de la familia europea actual, estaba constituida no solo por los padres, hijos y parientes, sino también por todos los que vivían bajo la autoridad del cabeza de familia o pater familias, incluidos naturalmente los esclavos. La familia romana era legalmente tan fuerte que ciertas cuestiones, que hoy se tratan en los juzgados o en los templos, entonces se trataban en casa, bajo la presidencia del cabeza de familia. La familia era realmente la célula básica de la sociedad romana.
Las comidas
Los textos antiguos hablan de tres comidas en un día romano.
En primer lugar, estaba el ientaculum que era el almuerzo o lo que el niño llevaba para comer en la escuela. En todo caso, era una comida ligera.
La segunda era el prandium que coincidiría con un tentempié actual. Se tomaba a la hora VII (mediodía solar) y ni se precisaba sentarse ni lavarse las manos.
La tercera comida era la cena, pero que más bien corresponde a la comida en el sentido actual, no solo por la hora (VIII en el invierno, las 12.44 hora solar; IX en el verano, las 14.31 hora solar), sino por su abundancia. En la cena se distinguían tres partes:
gustus o gustatio que consistía en tomar unos entremeses: huevos, aceitunas, lechuga, achicoria, ajos, ostras, setas o pescado en salmuera. Bebían mulsum (vino con miel).
cena propiamente dicha: carne y pescado de varios tipos, según la economía. Bebían vino.
secundae mensae (postres): queso, bollos, fruta, frutos secos.
En algunos casos, después venía la comissatio (sobremesa en la que se bebía copiosamente) en la que los autores leen, cuentan cuentos, etc. Se podía alargar mucho.
La cena, por tanto, duraba horas ya que, no siendo en los balnearios (thermae) o en el barbero, no tenían otro lugar para juntarse y matar el tiempo.
Tenían una postura para comer extraña hoy en día: tumbados sobre el lado izquierdo. El comedor se llamaba triclinium, porque eran tres lechos con el cabezal frente a una mesita cuadrada. El lecho que no tenía a otro enfrente (lectus medius) era el principal; le seguía en importancia el que estaba a su izquierda (lectus summus). Pero con el tiempo la mesita se hizo redonda y los tres lechos se hicieron un único lecho en forma de media luna. Esa mesita se llamaba repositorium. Las mujeres comían con sus maridos, no como en Grecia. Y los esclavos sólo se ponían a la mesa con los amos en algunos días de fiesta, por ejemplo, durante las saturnalia.
En el repositorium se posaba la comida que ya venía cortada de la cocina. E inicialmente se cogía con los dedos. La buena educación de cada uno se veía en coger la comida con las puntas de los dedos sin mancharse la mano ni la cara. Los restos se tiraban al suelo. Al terminar la comida, los comensales podían llevar algo de la comida sobrante para la casa.
Los esclavos suplen las incomodidades de no tener aún un cubierto para pinchar con un constante servicio de agua y toalla para lavar las manos reiteradamente. Cuando uno iba invitado a la casa de otro, llevaba su propio esclavo para estos servicios.
Lo que si tenían los comensales era cuchillo (culter), palillos y cucharas de varios tipos, desde el cucharón (trulla), la cuchara de un centilitro de capacidad (lígula) y la cucharita afilada (cochlear) con la que abrían huevos y mariscos de concha. No obstante lo anterior es aplicable a las personas de alta clase. Los más pobres y humildes sí que comían sentados y cosas más sencillas.
Derecho
La verdadera innovación de los romanos fue la sistematización y la enseñanza del derecho, que no existía entre los griegos.
El derecho romano, es uno de los grandes aportes de Roma como civilización, supuso la primera recopilación científica de las normas para las que deben regirse las relaciones de los ciudadanos en todos los aspectos fundamentales: privados y públicos, familiares, laborales, etc. A partir de Augusto la ciencia del derecho tuvo una gran importancia y hubo notables jurisconsultos, como Gayo, Ulpiano y Papiniano. Los jurisconsultos romanos distinguían entre:
Ius publicum (derecho público) que regulaba las relaciones entre los ciudadanos y el Estado;
Ius pirvatum (derecho privado) que regulaba las relaciones de los ciudadanos entre sí;
Ius getium (derecho internacional) que regulaba las relaciones entre los distintos pueblos.
La escritura
Roma introdujo el alfabeto actual, importado de los griegos de Sicilia y perfeccionado después.
Se escribía con una tachuela en bronce (scríbere) o se pintaba (línere o píngere) sobre una hoja (folium) vegetal, sobre cortezas (líber, de donde viene la palabra española "libro") o maderas (tábula o tabla, álbum o madera 'blanca'), y más tarde sobre cobre (aes) y sobre lienzos.
La palabra "escritura" procede de scriptura, que era la marca que se hacía al ganado que se enviaba a pastar.
Una de las características de la escritura romana es que el sonido de la vocal u se conseguía con la letra v. Por ejemplo "Avgvstvs" se pronunciaba augústus.
La muerte


En la muerte los habitantes de Roma recibían un trato desigual como en vida. A los esclavos los enterraban en una fosa común o, cuando los crucificaban, los dejaban para alimento de los buitres. Era un entierro frecuente en Roma por el alto porcentaje que había de esclavos. Para el resto de la gente había dos tipos de trato: la incineración (quema del cadáver y colocación de las cenizas en una urna) y la inhumación (de humus, tierra, que era el enterramiento). Una ley de las XII Tablas prohibía realizar uno de estos ritos dentro de la ciudad.
Numa tuvo su sepulcro sobre el monte Janículo, que entonces no estaba en el recinto de la ciudad. Los reyes que le sucedieron tuvieron el suyo en el campo de Marte, entre el Tíber y la ciudad. Las vestales gozaban de la prerrogativa de ser enterradas dentro de la ciudad pero las que quebrantaban el voto de castidad eran enterradas en un campo que tomando el nombre de este pecado, fue llamado campo del delito. Los generales participaron luego de este honor que se extendió finalmente a los principales de la nación hasta que la ley de las XII tablas lo prohibió.
Naturalmente, los pobres tenían una ceremonia y un sepulcro más elemental que los ricos. Los incinerados se colocaban en los columbaria (auténticos palomares en los que cada cuadrícula recibía una urna cineraria). Los inhumados iban a las catacumbas, que eran corredores subterráneos que en las paredes tenían excavados los nichos; en Roma hay unos 40 km de corredor de este tipo excavados en piedra volcánica. Alguna vez estas catacumbas fueron refugio de cristianos perseguidos, pero no era esta su función normal, sino la de cementerio.
El pueblo romano tuvo también hogeras públicas que se llamaban ustrinae y sepulcros comunes. Éstos se llamaban putticuli y eran unos hoyos profundos a modo de pozos donde eran echados los cadáveres de la gente del pueblo. Según palabras de Horacio.
Hoc miserae plebi stabat commune sepúlcrum
Los ciudadanos ricos, nobles y los políticos ilustres tenían funerales solemnes con elogios fúnebres (laudationes funebres), que después la familia conservaba escritos donde el busto del difunto como prueba de aristocracia. Si el difunto tenía el ius imaginum (derecho de guardar en casa las estatuas de los antepasados ilustres) en el cortejo iban unos figurantes caracterizados con las máscaras de cera de sus antepasados y con ropas de aquellos, de modo que parecía que los muertos resucitaban provisionalmente para ir a recibir al recién llegado. El cortejo iba precedido por los libitinarii (pompas fúnebres), y llevaba músicos tocando cuernos y trompetas, gente llevando antorchas encendidas, lloronas que hacían el planto, y se cantaban naenias (cantos tradicionales de elogio al muerto). Llegado a fuera de la ciudad, quemaban el cadáver entre perfumes y flores. Cuando se consumía todo el cuerpo, recogían la ceniza, la metían en una urna y la colocaban en un monumento en el que ponían una lápida conmemorativa.
Las familias más ilustres como los Metelos, los Claudios, los Escipiones, los Servilios, los Valerios, etc. fueron enterrados a lo largo de los caminos. De aquí tomaron origen los nombres de Vía Aurelia, Vía Flaminia, Vía Lucilia, Vía Apia, Vía Laviniana, Vía Julia, etc. En la vía Apia había gran cantidad de monumentos funerarios, entre los que destaca el de Cecilia Metela que llegó en la Edad Media a ser convertido en castillo. Algunos como Cestio lo hicieron en forma de pirámide. El emperador Adriano preparó en vida un gigantesco mausoleo que llegó a ser residencia papal y que es el famoso Castel Sant'Angelo. También se desarrolló mucho la industria del sarcófago tallado, en ocasiones con un lujo extraordinario.
El nacimiento
Cuando en Roma nacía un niño, lo ponían a los pies del padre y, si este lo cogía en el colo y lo alzaba bien alto en los brazos (tollere fillium), el niño quedaba legitimado y el padre se comprometía con este reconocimiento a criarlo, educarlos y ayudarle a buscar vida.
En los primeros ocho días (primordia) había diversas ceremonias para que las divinidades, principalmente Juno y Hércules, protegiesen la nueva vida.
En el dies Iustricus (8º si era niña y 9º si era niño) se purificaba la criatura con agua en presencia de los padres, familiares y amigos convidados, se ofrecía un sacrificio a los dioses, le ponían el praenomen, le regalaban los primeros juguetes y le ponían en el cuello la bulla (cápsula de metal o cuero dentro de la cual metían cosas que se consideraban protectoras del niño). Esta bulla la va a llevar siempre colgada hasta los diecisiete años. También durante este periodo el niño, si pertenece a la nobleza, va a vestir una túnica bordada (toga praetexta), similar a la toga de los magistrados, concedida a los niños de la nobleza por una hazaña militar infantil en los tiempos del rey Tarquinio. Las mujeres llevarán esta toga hasta que se casen. A los 17, en una ceremonia de entrada en el mundo de los adultos, el adolescente ofrecerá a los dioses la bulla y la toga praetexta y vestirá la toga virilis.
Los nombres propios
El nombre en Roma tenía ciertas particularidades. Las mujeres llevaban un único nombre, que normalmente era el de la gens en femenino: Terentia (de la familia Terentia). Los hombres, en cambio, sobre todo si eran patricios, llevaban tres nombres, costumbre de origen etrusco: Marcus (praenomen), Tullius (nomen), Cicero (cognomen).
El praenomen designa al individuo (el nombre de hoy en día). Los praenomia normalmente aparecen en abreviatura. Los más frecuentes eran: A.: Aulus; Ap.:Appius; C.:Caius (Gaius); Cn.:Cnaeus (Gnaeus); D.:Decimus; K.:Caeso; L.:Lucius; M.:Marcus; Mi.:Manius; Mam.:Mamercus; N.:Numerius; P.:Publius; Q.:Quintus; Ser.:Servius; Sex.:Sextus; Sp.:Spurius; T.:Titus; Ti.:Tiberius.
El nomen es el distintivo de la gens o estirpe, comprendiendo en la práctica varias familias. Sería como el apellido de hoy en día.
El cognomen, distintivo de la familia dentro de la gens, era inicialmente una especie de apodo, rasgo físico o moral o cosa parecida.
Algunos indican la procedencia primitiva (Coriolanus, "de Corioli"), o una cualidad física (Crassus, "grueso, corpulento"; Longus, "alto y delgado"; Cincinnatus, "de pelo rizado"), o productos o trabajos campesinos (Cicero, "garbanzo").
Los nombres por edades y condición social



Infans: el que no habla (hasta los 7 años); Puer: de 7 a 17 años; Adulescens: de 17 a 30 años; Iuvenis: de 30 a 46 años; Senior: de 46 a 60 años; Senex: de 60 a 80 años; Aetate provectus: más de 80 años.
Puella: niña
Virgo: mujer no casada
Uxor: esposa
Matrona: madre de familia
Anus: la mujer que ya no puede tener hijos
Mulier: mujer, desde que se casaba.
Vir: hombre
Los símbolos
El imperio romano fue muy rico en símbolos, algunos de los cuales han llegado hasta nuestros días, como el Fasces, haz de pequeños troncos atados con una cinta roja formando un cilindro alrededor de una hacha. Se han encontrado restos de fasces etruscos, y en Roma, simbolizando la autoridad del imperio, eran llevados por un número variable de lictores, fasces lictoriae, que acompañaban a las autoridades en las ceremonias. Los fasces fueron adoptados como símbolo por el Fascismo de Benito Mussolini, igual que la esvástica hindú lo fue por el nazismo alemán.
Desarrollo de las fiestas romanas
La principal fiesta romana (ludi máximi o ludi magni, es decir los Grandes Juegos) empezaba con una procesión tras la cual iban las imágenes de los dioses y detrás los guerreros; seguían las comparsas de bailarines (lúdii) con túnicas rojas; los hombres adultos con cascos y armaduras, los adolescentes con pieles de ovejas; después venían los músicos: el colegio de flautistas o collegium tibicínium era tan antiguo como el de los saliares (en latín, salii (sacerdotes del dios Marte o 'saltadores danzantes'), pero tenía una consideración inferior.
Esta fiesta se celebraba en otoño, al regreso de las tropas en campaña, y era una fiesta para celebrar la victoria.
En el carnaval popular (fériae o saturae) se usaban máscaras. La música se hacía con flautas (tibias). En las fiestas se celebraban combates y carreras de carros. Los vencedores recibían una palma como corona lo cual era considerado un gran honor, y un romano se enterraba siempre con las palmas o coronas ganadas.
También destacaba entre las diversas fiestas la de los manes, dedicada a los muertos. Todas las fiestas tenían un desarrollo similar, cada una con sus particularidades. Importante fiesta también eran las Saturnales (En honor a Saturno) en la cual los amos servían a sus esclavos por un día completo, como si los papeles se hubiesen invertido.
La religión
Los romanos eran politeístas. La religión romana refleja los mismos elementos procedentes de otras civilizaciones que el resto de sus manifestaciones culturales. La religión griega, sobre todo, desempeñó un papel fundamental en la creación del panteón romano.
Durante la Monarquía y en los primeros tiempos de la República, los dioses estaban directamente relacionados con las actividades agrícolas y la vida doméstica.
Los romanos veneraban a los númenes o espíritus de la naturaleza, a los manes o espíritus de los antepasados, a los lares o espíritus del hogar y a los penates o espíritus de la vida y de las provisiones.
La religión romana tuvo un carácter práctico que se tradujo a la creación de un tipo especial de sacerdotes, los augures, encargados de interpretar determinados signos (el vuelo de las aves, las entrañas de los animales sacrificados, los fenómenos naturales como el trueno) para tomar decisiones relacionadas con la vida pública.
Tecnología
Se destacaron los romanos en la tecnología aplicada, sobre todo en agricultura, obras públicas y tecnología militar: molinos hidráulicos, sistema de calefacción central y aislamiento contra la humedad de las viviendas; catapultas, ballestas, torres de asalto instalada sobre ruedas; faros en los puertos y, sobre todo, un sistema de construcción de calzadas, con firme de piedra amalgamada con mortero, bordillos y zanjas de desagüe, que han permitido que aún se conserve gran parte del trazado viario romano.
Las construcciones romanas más importantes eran:
Los teatros. Donde se representaban obras de arte.
Los anfiteatros. Donde luchaban gladiadores.
Los circos. Donde se hacían carreras de carros.
Las termas. Donde se bañaban y hacían gimnasia.
Los arcos de triunfo. Recordaban hechos históricos y personajes.
Vestimenta
En Roma la vestimenta distinguía y diferenciaba a las clases sociales. Por ejemplo, sólo los senadores romanos usaban el calceus, zapato propio de esta casta. A pesar de las similitudes entre griegos y romanos estos últimos tenían una gran característica: la ropa tenía un profundo significado político. Los jóvenes al cumplir 21 años usaban sobre la túnica, la toga, amplio manto de lana o hilo, símbolo del hombre libre. En la toga se colgaban los distintivos del grado político que el ciudadano adquiría a los largo de su trayectoria. Las mujeres romanas, como las griegas del período clásico, usaban una túnica y un amplio manto rectangular conocido como palla. La túnica o stola fue el reflejo de las influencias etruscas (sencillez en las líneas y en los colores). Más tarde el contacto de ésta civilización con culturas orientales y el crecimiento del concepto de la elegancia fueron modificando el atuendo. Las túnicas se confeccionaron con telas más suaves y ligeras, de colores más variados e intensos. Este hito sucedió también con la ropa masculina después de la caída del Imperio Romano de Occidente, donde las influencias bizantinas entraron marcando la elegancia en las togas y túnicas. Bordados de oro y piedras preciosas adornaron las elegantes y refinadas telas que caían en profundos pliegues. Sin embargo, el vestuario romano popular casi no varió. Ellos siguieron vistiendo la túnica tosca y la capa con gorro de lana en invierno y de algodón en verano.

La leyenda de Pigmalión y de Galatea





















Pigmalión era un escultor que vivía en Chipre, buscó durante muchísimo tiempo a una mujer con la que casarse. Pero, con una condición: debía ser la mujer perfecta. Frustrado en su búsqueda, decidió no casarse y dedicar su tiempo a crear esculturas preciosas para compensar. Una de ellas, Galatea, era tan bonita que Pigmalión se enamoró de ella.

Mediante la intervención de Afrodita, Pigmalión soñó que Galatea cobraba vida. En el mito Las metamorfosis, de Ovidio, se relata así: Pigmalión se dirigió a la estatua y, al tocarla, le pareció que estaba caliente, que el marfil se ablandaba y que, deponiendo su dureza, cedía a los dedos suavemente, como la cera del monte Himeto se ablanda a los rayos del Sol y se deja manejar con los dedos, tomando varias figuras y haciéndose más dócil y blanda con el manejo. Al verlo, Pigmalión se llena de un gran gozo mezclado de temor, creyendo que se engañaba. Volvió a tocar la estatua otra vez y se cercioró de que era un cuerpo flexible y que las venas daban sus pulsaciones al explorarlas con los dedos.

Al despertar, Pigmalión se encontró con Afrodita, quién, conmovida por el deseo del rey, le dijo "mereces la felicidad, una felicidad que tú mismo has plasmado. Aquí tienes a la reina que has buscado. Ámala y defiéndela del mal". Y así fue como Galatea se convirtió en humana.

Esta historia mitológica da pie al efecto Pigmalión.

Gaius Suetonius Tranquillus


(Hippo Regius 69 o 77 d.C.)
Reconocido por ser historiador y biógrafo latino, Suetonio nació en la antigua Hippo Regius (actualmente Argelia). Los estudiosos han llegado a meras conclusiones pues las únicas fuentes fiables son las cartas que mantuvo con su amigo Plinio el Joven, los escritos de Elio Esparciano en La Historia augusta, y la obra de Juan de Lido. Se cree que murió alrededor del año 140 d.C.
Su padre, Suetonius Laetus, procedía del orden ecuestre (équites), disponiendo además de una acomodada situación. Aunque al pertenecer a tal clase lo normal es que el hijo hubiera hecho carrera en el ejército y luego en la administración fiscal, Suetonio no se decidió por ello él prefiere estudiar retorica, literatura y gramática en Roma en el año 81
d.C. llegando a ejercer como profesor y abogado en el año 97.
En 122 tanto él como Septicio Claro caen en desgracia, al romperse bruscamente las relaciones con Adriano; el colofón de esta última y triste época lo puso su expulsión de la corte. Parece ser que esto fue debido a «tomarse demasiadas familiaridades con la emperatriz», aunque otros autores sugieren que Adriano sólo trataba de aislar a Sabina.
A partir de este momento se retiró a la vida privada y se consagró a la labor literaria, pero los datos sobre su vida son prácticamente nulos, pues ni siquiera sabemos con seguridad la fecha de su muerte, que, en todo caso tuvo que ser después del año 126.
De su obra cabe decir que fue extensa y que escribió tanto en lengua latina como en griega, pero de toda su producción solo se han conservado dos obras y estas solamente de forma fragmentaria, estas fueron: Las vidas de los doce cesares (De Vitas caesarum) y De Gramaticus et Rhetoribus. En la obra La vida de los doce cesares hace un tipo de biografía de los primeros doce emperadores de Roma siendo estos: Julio cesar, Cesar Augusto, Tiberio, Calígula, Claudio, Nerón, Galba, Otón, Vitelio, Vespasiano, Tito y Domiciano.
Del resto de sus obras solo hay fragmentos o noticias de otros autores posteriores.

Publio Virgilio Marón



















(Andes, actual Pietole, hoy Lombardía italiana, 15 de octubre de 70 a. C. – Brundisium, actual Bríndisi, 21 de septiembre de 19 a. C.)
Virgilio, fue un poeta romano, autor de la Eneida, las Bucólicas y las Geórgicas.
Recibió una esmerada educación y pudo estudiar retórica y poesía gracias a la protección del político Cayo Mecenas, Sus primeros años los pasó en su ciudad natal, pero al llegar a la adolescencia se trasladó a Cremona, Milán y Roma para completar su formación. En Roma se introdujo en el círculo de los poetae novi. A esta época pertenecen sus primeras composiciones poéticas, recogidas bajo la denominación de Apéndice Virgiliano.
Entre el año 42 a. C. y el 39 a. C. escribió las Églogas o Bucólicas, que dejan entrever los deseos de pacificación de Virgilio en unos poemas que exaltan la vida pastoril. Entre el 36 a. C. y el 29 a. C., compuso, a instancia de Mecenas, las Geórgicas, poema que es un tratado de la agricultura, destinado a proclamar la necesidad de restablecer el mundo campesino tradicional en Italia. A partir del año 29 a. C., inicia la composición de su obra más ambiciosa, la Eneida, cuya redacción lo ocupó once años, un poema en doce libros que relata las peripecias del troyano Eneas desde su fuga de Troya hasta su victoria militar en Italia. La intención evidente de la obra era la de dotar de una épica a su patria, y vincular su cultura con la tradición griega.
En Atenas se encontró con Augusto y regresó con él a Italia, ya enfermo. A su llegada a Bríndisi, pidió al emperador antes de morir que destruyera la Eneida. Augusto se opuso rotundamente y no cumplió la petición, para gloria de la literatura latina.

Publio Ovidio Nasón


















(Sulmona, 20 de marzo de 43 a. C. – Tomis, actual Constanza, 17 d. C.)
Poeta polifacético, cultivador de la elegía en sus más variados tipos, pero fue sobretodo poeta del amor, y como tal precisamente quería el pasar a la posteridad, porque el amor es, por excelencia, el contenido de la elegía romana que llega con Ovidio a su culminación, ya que la cultivo con mayor extensión y variedad que nadie más.
Era caballero de rancia estirpe, de cuya antigüedad se sentía orgulloso.
Su padre fue propietario de fincas y murió a los noventa años, poco antes que su madre. Su hermano había nacido exactamente un año antes que él y fue su compañero en los estudios que realizaba en Roma sobre retórica, en un principio para dedicarse al derecho, pero fue dando muestras de sensibilidad poética en detrimento de la elocuencia prosaica requerida en el foro.
Aunque se esforzaba por escribir en prosa por satisfacer a su padre, las palabras venían a él ya con ritmo y cadencia de verso "y era verso al final cuanto intentaba escribir"
Tuvo tres esposas, con la primera se casó muy joven, pero finalmente fue tachada de «ni digna ni útil», lo que hace pensar que no pertenecía a su mismo rango social y que no le dio hijos en su corto matrimonio. No se sabe a ciencia cierta a cuál de sus dos primeras esposas se refiere como natural del país de los faliscos. Su segundo matrimonio fue corto también, pero en éste tuvo una hija que le hizo dos veces abuelo en sendos matrimonios. Las noticias sobre su tercera esposa, Fabia, son mucho mayores. Con ella tuvo otra hija y por ella Ovidio sintió gran cariño, una mezcla entre padre y maestro literario.
En el año 9 d.C. es desterrado de Roma por Augusto a Tommis, el tenia 52 años, donde estuvo 10 años, es desterrado por a ver visto algo indebido o por pertenecer a una secta neo pitagórica. También se cree que por haber escrito su obra El arte de amar, ya que Augusto en esa época pone orden para que se dejara la infidelidad, y esa obra tenia rasgos que contradecían todo eso.
En el destierro escribe las obras llamadas Tristes, Epístolas desde el Ponto, ambas elegías, además de un poema didáctico sobre la pesca Haliéutica, y la elegía sobre el nogal.
Sus obras fueron: EL arte de amar, Amores, Sobre la cosmética del rostro femenino, Remedios contra el amor, Metamorfosis, Heriodos, Tristes, Epístolas desde el ponto, Nux, Ibis.

Tito Maccio Plauto


(Sarcina 254 a.C. – Roma 184 a.C.)
Comediógrafo latino que fue muy famoso, fue el primero en manejar el tema del “avaro”.
De joven Se trasladó a Roma y allí fue soldado y comerciante. El amplio conocimiento del lenguaje marinero que atestiguan sus obras confirma este último dato, y posiblemente también realizó viajes por el Mediterráneo.
Se arruinó y tuvo que empujar la piedra de un molino al tiempo que empezaba a escribir comedias palliatas adaptadas del griego. Su enorme éxito le valió salir de molinero para consagrarse a este nuevo oficio y murió prácticamente rico con más de setenta años, envuelto en una gran popularidad.
Tiene supuestamente 130 obras, pero después de una recopilación se dice que solo 21 son totalmente de él.
Las comedias auténticas de Plauto son Anphitruo o Anfitrión, Asinaria, Aulularia o La olla, Bacchides, Captivi o Los cautivos, Casina, Cistellaria, Curculio o El gorgojo, Epiducus, Menaechmi, Mercator, Miles gloriosus o El soldado fanfarrón, Mostellaria o El aparecido, Poenulus, Pseudolus o El trapalón, persa, Rudens, Stichus, Trinummus, Truculentus y Vidularia.
En sus obras casi siempre puso a los personajes de un viejo, un cocinero, los amos, esclavos, el soldado, el lenon, el joven, la madre de familia, el parasito y el banquero.
Cuando muere la comedia quedo en luto porque era el maestro consagrado para hacerla.

Lucio Anneo Seneca

















(4 a.C. – 65 d.C.)
Filósofo latino, dramaturgo, político y eminente escritor de la edad de plata de la literatura latina.
Nació en Córdoba, hijo del retorico romano Marco (Lucio) Anneo, más conocido como Seneca el Viejo. Marcia, su tía fue con la que vivió los primeros años de su vida.
Tras estudiar retorica y filosofía en Roma, Seneca quedo profundamente influido por las enseñanzas de los estoicos, cuya doctrina desarrollaría en lo sucesivo.
Figura entre los filósofos estoicos más destacados de Roma; su principal preocupación era la ética, pero sus creencias eran más espirituales que la de los primeros filósofos estoicos
En el año 49 a.C. se convirtió en pretor y fue nombrado tutor de Nerón, quien se convirtió en emperador después de la muerte de su padrastro el emperador Claudio. Seneca y Sexto Afranio Burro eran gran influencia para el emperador durante los primeros 5 años, pero la gran fortuna de Seneca había despertado los celos de Nerón que intento envenenarlo en varias ocasiones. Por esta razón Seneca se retiro de la vida pública para dedicarse plenamente a la filosofía y a la escritura.
Su estilo artificial y epigramático representa la edad de plata de una manera esplendida.
Entre todos sus escritos que se conservan se destacan las Cuestiones Naturales que consta de 7 libros en los que analiza fenómenos de la naturaleza desde un punto de vista estoico y hace referencia a alguno de los 4 elementos
Epístola a Lucilio- que consta de 124 cartas a un amigo y varios tratados sobre temas como la ira, la serenidad mental y el retiro filosófico.
También escribió 9 tragedias en verso, todas ellas adaptaciones libres de antiguas leyendas griegas. Estas son:
Hércules furiosos, Las troyanas, Medes, Hipólito, Oedipus, Agamenón, Tiestes, Hércules Oetano, Las fenicias, Fedra, Octavia.
Murió dentro de un baño de vapor porque tenía asma y no pudo morir después de haberse cortado los brazos y las piernas.

Longo


Existe muy poca información del autor
Le decían el “sufista”
Se cree que era esclavo de un romano, y fue de los primeros en exponer la narrativa griega, con su obra Dafnis y Cloe.
Se podría decir que es la primera novela de la literatura Griega que se consiguió completa. Esta trata más los sentimientos que enriquecen a la gente humilde, junto con la fe hacia los dioses, con la cual siempre tuvieron buenas consecuencias y un destino fortuito a pesar de todos los pormenores que les toca.

Jenofonte


(431 a. C. - 354 a. C.)
Fue un historiador, militar y filósofo griego, conocido por sus escritos sobre la cultura e historia de Grecia.
Conocido como Abeja Ática
Participo en la guerra de Cunaxa, con Esparta y con Atenas
Escribió sobre política, economía histórica y hace referencia a Sócrates como una persona con defectos.
Fue discípulo de Sócrates y escribió diálogos inspirados en su persona. Durante el gobierno de los Treinta Tiranos, Jenofonte se unió a una expedición de mercenarios griegos a Persia conocida como la Expedición de los Diez Mil.
A la muerte de Ciro en la batalla de Cunaxa, la expedición quedó abandonada a su suerte, por lo que se tuvo que abrir paso a través de 1.500 km de territorio hostil hasta conseguir volver a Grecia.
Sus obras son históricas como las Helénicas, Anábasis, Ayesilao.
Las Helénicas, hablan de la historia de Atenas de 411 a 362 a.C.
Sus obras Socráticas – El banquete, Apología de Sócrates y Memorias de Sócrates.
Sus obras didácticas- Ciropedia, Hieron, Hiparquico, Los ingresos, Cinegético.
Tenía una gran admiración por Esparta.


Hesíodo


(700a.C. O 900a.C.)
Nació en Ascra, cerca de Tebas hacia la segunda mitad del siglo VIII a. C. o la primera del siglo VII a. C. Fue campesino e hijo de un comerciante. Se le sitúa como contemporáneo de Homero e incluso rival suyo en certámenes poéticos.
Suele considerarse el más antiguo de los poetas helenos después de Homero, se llegó a dudar de su existencia, aunque ésta parece fuera de toda duda en la actualidad, y uno de los que trato los géneros didácticos.
Autor de la Teogonía la cual explica que gracias a la inspiración donada por las mismas musas hace un árbol genealógico de la existencia de los dioses griegos, donde explica sus orígenes hasta llegar a los héroes, hijos de los dioses y mortales (semidioses).
También escribió Los trabajos y los días, en donde explica y nombra el tipo de trabajo que se hace en esa época, así como el tipo de actividades y hechos que pueden favorecer se dependiendo del los días.
Por último se cree que también escribió El escudo de Heracles, un poema, donde habla de la creación del escudo como una artesanía.

Aristófanes



(Atenas, 444 a. C. - 385 a. C.)
Fue un famoso dramaturgo griego, principal exponente del género cómico
Vivió durante la época de la guerra de Peloponeso, por esto tiene una influencia donde hace crítica política por medio de las comedias
Comienza la comedia media, con las ranas, esa obra ya con el coro muy reducido, está siendo una característica de sus obras.
Se vale mucho del verso en las comedias, con una intención que no se alejaba de la tradición, en donde son tomados en cuenta los esclavos, pastores, que ya no formaban parte o eran descendientes de la nobleza
Leyendo a Aristófanes es posible hacerse una idea de las intensas discusiones ideológicas (políticas, filosóficas, económicas y literarias) en la Atenas de aquella época.
Entre sus comedias se encuentran Los acarnios, Los caballeros, Las nubes, Las avispas, La paz, Las aves, Lisistrata, Tesmoforias, Las ranas, La asamblea de mujeres y Pluto. Siendo las que podemos conseguir y leer en la actualidad. Con una estructura en la que se alterna el dialogo y el canto.
En honor a Aristófanes se bautizó al asteroide 2934 con su nombre

Eurípides




(a.C.480-406 a.C.)
Dramaturgo griego, el tercero junto con Esquilo y Sófocles de los tres grandes poetas trágicos de Ática. Su obra, enormemente popular en su época, ejerció una influencia notable en el teatro romano. Posteriormente su influencia se advierte en el teatro del renacimiento como en los dramaturgos franceses Pierre Corneille y Jean Baptiste Racine. Según la tradición, Eurípides nació en Salamina, un 23 de septiembre probablemente del año 480 a.C., el día de la gran batalla naval entre los griegos y los persas. Sus padres, según afirman ciertos expertos, pertenecían a la nobleza; en opinión de otros, sin embargo, eran de origen humilde. Su hijo, en cualquier caso, recibió una esmerada educación. Las obras de Eurípides comenzaron a representarse en los festivales dramáticos de Ática durante el año 454 a.C., pero hasta el año 442 a.C. el autor no obtuvo el primer premio. Esta distinción, pese a su prolífico talento, no recayó sobre él más que en cuatro ocasiones. Además de sus escritos se interesó muy especialmente por la filosofía y la ciencia.

Si bien Eurípides no se identificó personalmente con una determinada escuela filosófica, recibió la influencia de los sofistas y de filósofos como Protágoras, Anaxágoras y Sócrates. Fue un hombre austero, y se consideraba incomprendido por sus contemporáneos, conclusión que, por lo demás, no carece de fundamento, pues fue frecuentemente objeto de ataques por parte de los escritores atenienses de comedia: Aristófanes lanzó contra él una sátira en Las ranas (405 a.C.). Las obras de Eurípides eran criticadas por su carácter anticonvencional, por sus diálogos naturales (sus héroes y príncipes hablaban un lenguaje cotidiano) y por su independencia de los valores morales y religiosos tradicionales. A pesar de todo, sus obras se hicieron famosas en toda Grecia. Al final de su vida abandonó Atenas y se instaló en Macedonia.


A diferencia de Esquilo y Sófocles, Eurípides representaba los nuevos movimientos morales, sociales y políticos surgidos en Atenas hacia finales del siglo V a.C. Fue éste un periodo enormemente fructífero en el plano intelectual, durante el cual el conocimiento era considerado como el mayor de los logros terrenales. Anaxágoras acababa de demostrar que el aire era un elemento y que el Sol no era una divinidad, sino pura materia. Se establecían nuevas verdades en todos los campos del saber y Eurípides, sumamente receptivo a todas ellas, introdujo una nueva conciencia en la tragedia. Se interesó ante todo por el pensamiento y las experiencias del ser humano ordinario, más que por las figuras legendarias del pasado heroico.
Si bien bebió en las fuentes de la mitología antigua, Eurípides trataba a sus personajes de un modo realista: ya no eran símbolos idealizados y ajenos a la vida normal, sino que se comportaban como sus contemporáneos atenienses. Eurípides compartió el escepticismo intelectual de su época y arremetió en sus obras contra los dogmas morales y religiosos del pasado, que aún gozaban de cierto crédito entre el pueblo llano. Su actitud y su estado de ánimo se movían entre ambos extremos, a veces incluso dentro de una misma obra. Era capaz de demostrar la corrupción y la debilidad humana con amargura y hondo realismo, y al mismo tiempo de reflejar en sus obras un profundo respeto por el heroísmo humano, la dignidad y la pasión. Eurípides asignó un lugar destacado en su obra a los personajes femeninos y el protagonista de sus dramas era con frecuencia una heroína del crimen o la virtud.


La estructura de las obras de Eurípides se ha tachado a menudo de imperfecta por el uso del coro como un elemento independiente de la acción, y por el hecho de que sus obras se basan con frecuencia en brillantes episodios inconexos, que no constituyen una unidad coherente para el desarrollo gradual de la trama. Sin embargo, en obras como Medea (431 a.C.), la trama se desarrolla sin obstáculos hasta alcanzar su clímax devastador. También se le ha criticado el uso de un prólogo explicativo en el que pone en conocimiento de los espectadores sucesos anteriores al comienzo de la obra y a menudo esboza también los acontecimientos futuros. Aristófanes lo ridiculizó por el uso mecánico y exagerado de este recurso, normalmente cargado de largas historias acerca de los personajes dramáticos. Otros de sus recursos eran el deus ex machina, o introducción inesperada de un dios para facilitar o provocar el desenlace, y la alteración de las leyendas en función de las necesidades de la trama.


Eurípides extrajo sus tramas de las mismas fuentes que los demás dramaturgos griegos. Los mitos y leyendas griegos llamaron poderosamente su atención, en particular las aventuras de héroes atenienses como Teseo. También buscó nuevos temas de inspiración, inclinándose de manera especial por aquéllos que sugerían emociones violentas y actos románticos. Tales fueron las historias de los héroes Belerofonte y Faetón, que Eurípides fue el primero en tratar dramáticamente. En Las bacantes también se pone de manifiesto el aspecto liberador de la religión dionisíaca, y los peligros que entraña la pérdida del control y la razón: presas de un frenesí báquico, Agave y las mujeres de Tebas descuartizan a Penteo, sin que Agave sea consciente de que la víctima es en realidad su propio hijo.


De las numerosas obras atribuidas a Eurípides se conservan diecisiete tragedias y un drama satírico, Los cíclopes. Entre las tragedias de fecha conocida figuran Alcestes (438 a.C.), Medea (431 a.C.), Hipólito (428 a.C.), Las troyanas (415 a.C.), Helena (412 a.C.), Orestes (408 a.C.), Ifigenia en Áulide y Las bacantes (ambas representadas póstumamente en el 405 a.C.). Entre las obras de fecha incierta destacan Andrómaca, Hércules, Hécuba, Los suplicantes, Electra, Hércules loco, Ifigenia entre los tauros, Ión y Las fenicias.

Esquilo


(525a.C. – 426 a.C.)
Nació en Eleusis y murió en Gela
Pertenecía a una rica y noble familia de terratenientes. En su juventud fue testigo del fin de la tiranía de los Pisistrátidas en Atenas.
Estuvo en las batallas de Marathon y de Salamina
Supuestamente fue introductor del género de la tragedia al teatro, incluyendo dos personajes, de los que había incluido Tespis.
Los temas que el trataba eran historias antiguas y sus personajes no radicaban en la acción, y el coro es el narrador de toda la historia. El sufrimiento humano es el tema principal en su tipo de teatro, un sufrimiento que lleva al personaje al conocimiento, el sufrimiento humano tiene siempre causa directa o indirecta en una acción malvada o insensata que conduce a la desgracia de los protagonistas pero que puede haber sido heredada por los mismos
Tiene supuestamente de 80 a 90 obras trágicas, de las cuales solo quedaron 7 integras, que podemos leer en la actualidad y se han basado en ellas para explicar el comportamiento humano psicológicamente y durante la maduración para explicar la conducta del mismo con el paso del tiempo.
Esquilo está muy interesado en la vida comunitaria de la polis y todas sus obras conservadas tienen aspectos visiblemente políticos.
Poco antes de su muerte un oráculo le predijo que moriría aplastado por una casa, por lo que decidió residir fuera de la ciudad. Pero esté falleció al ser golpeado por el caparazón de una tortuga, que fue soltado por un quebrantahuesos desde el aire.
De sus obras la más representativa fue la tragedia de Prometeo encadenado, aparte de Las Suplicantes, Los Persas, Los Siete contra Tebas y la trilogía de Orestes: I. Agamenón, II. Coeforas, III. Euménides

Teócrito de Siracusa

















(316 a.C. – 260 a.C.)
Fue un protegido del rey Hierón de Siracusa.
Creador de la poesía Bucólica o pastoril
Es considerado el poeta del amor y de la simplicidad de la naturaleza y las costumbres campesinas.
Supo unir lo dramático y lo lírico en treinta de sus llamados Idilios o ‘poemitas’ en griego, canciones dialogadas en su mayor parte entre pastores que se cuentan sus penas de amor en mitad de un paisaje paradisíaco que el autor identificó con la región griega de Arcadia
El mudo de Teócrito es de pura fantasía, los pastores no son gañanes sino poetas y sus cantos expresan los deleites de una vida imposible.
Él fue de los que comenzó a hablar de Arcadia, este un mundo que existe en la imaginación del pueblo, en donde todo mundo vive tranquilo y no hay pesares solamente la tranquilidad y la felicidad entre todos. Este mundo fantástico tiene mucha influencia en el renacimiento, en España.
Tiene la égloga, poesía pastoril extensa en dialecto dorio de Sicilia, que tiene relato, dialogo y canciones.

Anacreonte

















(572-485)
Poeta griego nacido en la ciudad jónica de Teos, (actualmente Siğacik, en Turquía)
Poeta migratorio e internacional, mezcla diferentes dialectos de Grecia, historia y relatos de la misma.
Escapando de la amenaza persa, los habitantes de la Jonia emigraron a Tracia, donde fundaron Abdera. Junto a ellos llega el joven poeta y se piensa que en esa ciudad escribe sus primeros versos y vive de la poesía.
El amor para Anacreonte es algo fundamentalmente sensual, fugaz y pasajero, por lo que sus composiciones sobre estos temas suelen ser breves
Hacía poesía al gusto de los protectores y en celebración del poder y el vino, siendo estos últimos los que con más fuerza veneraba en sus poesías, y de cierta forma las evoca, sin poder faltar las mujeres, las cuales hace mención que a pesar de que lo despreciaban por viejo, las convencía por tener mayor sabiduría en los manejos del amor. Por esto su lírica, canta los placeres del amor (tanto de hombres como de mujeres) y el vino, y rechaza la guerra y el tormento de la vejez.
A su compendio de poemas se les llama Anacreónticas
Anacreonte afirmaba con frecuencia, haciendo referencia a la relación que la poetisa Safo mantuvo con sus alumnas, que ésta había sentido un amor sexual por ellas. Tales afirmaciones fueron causa de rumor y con el paso del tiempo se extendieron de tal modo, que debido a ello nacieron los términos lesbianismo y safismo, que aluden a la homosexualidad femenina, en referencia al rumor extendido al respecto de Safo de Lesbos por el poeta
Influyó en la edad media a los poetas Goliardos, en el renacimiento a Garcilaso de la Vega, en el neoclasicismo a José Cadalso, Jean de la Fontaine y en el modernismo a Salvador Rueda, entre muchos más por los temas que con tanta clase abordo Anacreonte.
“sus innúmeros imitadores no han hecho más que manchar su nombre convirtiéndolo en el tipo de senilidad envidiada e impúdica.” L.M. Bowra


No te desprecies, niña,
de mí porque soy cano,
ni mi gusto desdeñes
con tu color rosado;
que en las guirnaldas bellas
siempre verás casados
a la rosa y al lirio
con ser roja y él blanco